miércoles, 10 de septiembre de 2014

PRIMER Y SEGUNDO AUTOR EN USAR TERMINO DE GEOGRAFÍA


istoriador griego nacido en Halicarnaso poco antes de la expedición de Jerjes contra Grecia (480 a.C.). Con motivo de la revuelta en la que murió Paniasis, Herodoto hubo de abandonar su patria y dirigirse a Samos, donde pudo tener un contacto más estrecho con el mundo cultural jonio; se piensa que desde allí volvió a Halicarnaso y participó en el derrocamiento de Lígdamis (454 a.C.), hijo de Artemisia, representante de la tiranía caria que dominaba en aquella época la vida política de la colonia.
La siguiente fecha conocida con certeza de la biografía de Herodoto es la de la fundación de la colonia de Turios en el 444-443 a.C. a manos de Pericles junto a las ruinas de Síbaris. No se sabe si Herodoto formó parte de la primera expedición fundadora, pero sí que obtuvo la ciudadanía de la colonia. Algunos de sus biógrafos informan de que, entre la caída de Lígdamis y su llegada a Turios, Herodoto realizó viajes por varias ciudades griegas, en las que ofrecía lecturas de sus obras; incluso se dice que recibió diez talentos por una lectura ofrecida en Atenas, dato que hoy parece bastante improbable aunque manifiesta la buena acogida que tuvo Herodoto en la ciudad.
Su estancia en la Atenas de Pericles le permitió contemplar el gran momento político y cultural que vivía la ciudad: en Atenas, Herodoto pudo conocer a Protágoras, abanderado de la revolución de la sofística, y a Sófocles, el gran poeta trágico que tanto influiría en su obra histórica. También en la época previa a la fundación de Turios, Herodoto hizo aquellos viajes de los que nos habla en su obra: se sabe que estuvo en Egipto durante cuatro meses y que, después, fue a Fenicia y Mesopotamia. Otro de sus viajes le llevó al país de los escitas.
Todos estos viajes estuvieron inspirados por el deseo de aumentar sus conocimientos y de saciar sus ansias de saber, acicates constantes del pensamiento de Herodoto. Éste aparece a través de su obra como un hombre curioso, observador y siempre dispuesto a escuchar, cualidades que combinaba con una gran formación enciclopédica y erudita.
La parodia que realizó Aristófanes de la obra de Herodoto permite suponer que ésta era ya conocida en torno al año 425 a.C. De vuelta a su obra, los últimos acontecimientos mencionados acerca de Grecia se refieren al año 430 a.C., fecha en la que hubo de concluir su relato. Se piensa que murió en Turios ca. 420 a.C.
La obra de Herodoto
La gran obra histórica de Herodoto, múltiple y compleja, es difícil de resumir: su finalidad y sus narraciones son varias y muy diferentes entre sí, por lo que, en un primer momento, cuesta ver el principio unificador de tan diversos materiales.
Para reunirlos, Herodoto recurrió, como ya se ha dicho, a sus muchos viajes a lo largo del mundo conocido; de allí, extrajo sus fuentes de información y sus datos: unas veces, Herodoto recoge aquello que ha visto con sus propios ojos; otras, lo que le han contado; otras muchas, el resultado de sus pesquisas e indagaciones tras contrastar las tradiciones orales recibidas con los restos arqueológicos y monumentos o tras recurrir a los sacerdotes y estudiosos de los lugares visitados: así, por ejemplo, su investigación sobre el mito de Hércules le llevó hasta Fenicia.
Llama la atención ver cómo va engarzando estos elementos tan distintos entre sí y cómo, en ocasiones, los recoge aun cuando, en su opinión, no son fiables: "Mi deber es informar de todo lo que se dice, pero no estoy obligado a creerlo todo igualmente" (lib. 7, 152). En definitiva, Herodoto fue un gran narrador y un compilador experimentado de datos de índole etnográfica o geográfica, características que lo hacen afín a muchos otros logógrafos; sin embargo, ya la Antigüedad distinguió a Herodoto con el título de "padre de la historia" y un análisis más profundo de su Historia revela su novedad frente a escritores contemporáneos.
Ya desde el comienzo de la obra, que los eruditos distribuyeron con posterioridad en nueve libros (cada uno de los cuales lleva el nombre de una de las nueve Musas), el propio Herodoto anuncia que su cometido es narrar los sucesos y hazañas de los hombres y, más en concreto, la guerra entre bárbaros y griegos. El núcleo central del relato es, pues, la narración de las Guerras Médicas, aquellas que enfrentaron a Oriente con Occidente, lo que da pie a Herodoto a insertar a lo largo de su obra numerosas digresiones; éstas permitían a su público acercarse a esos países extraños y alejados, que estaban relacionados en mayor o menor medida con los persas. De esa manera, su narración no es unitaria sino que se rompe siguiendo un principio asociativo, según el cual los distintos países y regiones aparecen en el momento en que se relacionan de algún modo con los persas.
Sin embargo, si estas digresiones son especialmente frecuentes en los primeros libros de la obra, se observa que en la parte central de la misma, aquella en la que se narra el enfrentamiento entre Grecia y Persia, éstas disminuyen. Aparece, así, un relato bastante más escueto y objetivo, con un análisis e investigación mucho más detenida de los datos. Se descubre de este modo en la obra de Herodoto una gran multitud de estilos en dependencia directa con sus fuentes: para su descripción de países exóticos, Herodoto tuvo que recurrir a sus viajes y a informaciones de segunda mano, bien orales o bien escritas (como los relatos de otros logógrafos); por el contrario, para narrar la guerra, centro de su relato, Herodoto dispuso de documentos más accesibles y fiables sobre esos acontecimientos. Herodoto aúna así las dotes de un gran narrador y las de un historiador (esto es, investigador) en su intento de dilucidar la verdad a través de la maraña de sus múltiples fuentes.

2.-segundo autor en usar el termino 
Eratóstenes nació en Cyrene (Libia) en el año 276 a.C. Fue astrónomo, historiador, geógrafo, filósofo, poeta, crítico teatral y matemático. Estudió en Alejandría y Atenas. Alrededor del año 255 a. C fue el tercer director de la Biblioteca de Alejandría. Trabajó con problemas de matemáticas, como la duplicación del cubo y números primos. Escribió muchos libros de los cuales sólo se tienen noticias por referencias bibliográficas de otros autores.
Una de sus principales contribuciones a la ciencia y a la astronomía fue su trabajo sobre la medición de la tierra. Eratóstenes en sus estudios de los papiros de la biblioteca de Alejandría, encontró un informe de observaciones en Siena, unos 800 Km. al sureste de Alejandría, en el que se decía que los rayos solares al caer sobre una vara el mediodía del solsticio de verano (el actual 21 de junio) no producía sombra.
Eratóstenes entonces realizó las mismas observaciones en Alejandría el mismo día a la misma hora, descubriendo que la luz del Sol incidía verticalmente en un pozo de agua el mismo día a la misma hora. Asumió de manera correcta que si el Sol se encontraba a gran distancia, sus rayos al alcanzar la tierra debían llegar en forma paralela, si esta era plana como se creía en aquellas épocas, y no se deberían encontrar diferencias entre las sombras proyectadas por los objetos a la misma hora del mismo día, independientemente de donde se encontraran.
Sin embargo, al demostrarse que si lo hacían (la sombra dejada por la torre de Sienna formaba 7 grados con la vertical), dedujo que la tierra no era plana y, utilizando la distancia conocida entre las dos ciudades y el ángulo medido de las sombras, calculó la circunferencia de la tierra en aproximadamente 250.000 estadios (unos 40.000 kilómetros, bastante exacto para la época y sus recursos).
Mapa de Eratóstenes
También calculó la distancia al Sol en 804.000.000 estadios y la distancia a la Luna en 780.000 estadios. Midió casi con precisión la inclinación de la eclíptica en 23º 51' 15". Otro trabajo astronómico fue una compilación en un catálogo de cerca de 675 estrellas.
Creó uno de los calendarios mas avanzados para su época y una historia cronológica del mundo desde la guerra de Troya. Realizó investigaciones en geografía dibujando mapas del mundo conocido, grandes extensiones del río Nilo y describió la región de Eudaimon (actual Yemen) en Arabia.
Eratóstenes al final de su vida fue afectado por la ceguera y murió de hambre por su propia voluntad en 194 a.C. en Alejandría.

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